Muchas veces uno se pregunta ¿cuál es el país que tiene en su cabeza el Presidente y su equipo de gobierno?, se trata sólo de la macroeconomía, el déficit cero, achicar y solo achicar, en el caso del Estado podríamos decir que hacía faltar achicar, pero lo que podemos observar es que también se está achicando el sector privado lo que deriva en menos empleo y menos producción.
Sin dudas que es un gobierno que, a nueve meses de haber asumido, todavía no da señales claras de cuál es el plan económico y social, y parece estar sujeto al “humor del Presidente” en cuanto a las prioridades de asignación de fondos.
La semana pasada, el gobierno logró conseguir los votos para que quede firme el veto a la nueva ley de movilidad jubilatoria, donde “se dieron vuelta diputados, cinco radicales y tres justicialistas” en medio de acusaciones de que lo hicieron por “cargos y plata”. Sin dudas lo que sucede con los jubilados, que salieron nuevamente a la calle a reclamar, es algo difícil de comprender cuando por el otro lado, el Presidente de la Nación pretende asignar 100 mil millones a la SIDE (Servicios de Inteligencia), compró aviones F-16 a Dinamarca pagando 300 millones de dólares y declaró la compra «secreto militar”, o lo que lleva gastado, más de 290 millones de pesos en el mantenimiento de la residencia oficial de los presidentes, entre energía, alimentos, cuidado de los jardines y servicios de comunicación. No se incluyen en esa cifra los salarios del personal estatal asignado a ese espacio.
Por eso las preguntas son recurrentes: ¿es posible imaginar esa brecha que existe entre lo que cobra todos los meses un jubilado de la mínima, que percibe poco más de 300 mil pesos con bono incluido, y al cual le quitaron la cobertura de muchos remedios del PAMI; con lo que cobran los funcionarios: ¿el Poder Ejecutivo en pleno, y Senadores y Diputados?
Por otro lado, el Congreso aprobó la ley de financiamiento a las universidades nacionales, y en este punto es bueno hacer hincapié en que el sistema educativo del país en todos sus niveles sin dudas que requiere hacer un análisis pormenorizado y posiblemente hacer modificaciones y mejorarlo, y también hay que decir que la educación universitaria sigue siendo orgullo argentino a nivel internacional, porque cualquier hijo de trabajador con esfuerzo y sacrificio, puede estudiar y acceder a un título. De hecho, la mayoría de los profesionales de mediana edad para arriba salieron de la universidad pública, gratuita y de calidad.
Ahora bien, el Presidente anunció, como es su costumbre por Twitter que vetará dicha ley. Por lo tanto, si la política es recortar fondos para el funcionamiento de las universidades, (y aquí también vale la pena hacer otro paréntesis y decir que no tienen grandes sueldos los docentes en general y tampoco los universitarios), es probable que con el tiempo sea cada vez más complejo sostenerlas, en este sentido la sociedad ha entendido que es algo innegociable, y ha demostrado estar dispuesta a salir a la calle a defenderla, en especial los jóvenes que sin esta posibilidad no podrían pensar en tener un título y mejorar su calidad de vida.
La realidad nos muestra por el momento una economía que no repunta, quizás en algunos sectores levemente, y dos frentes abiertos para el gobierno, los jubilados y los jóvenes, seguramente muchos que le votaron a Javier Milei con “esperanza, pero el hecho de que estos dos extremos de la sociedad tengan que salir a la calle a reclamar, podría comenzar a debilitar “esta esperanza”, porque ciertamente ni jóvenes estudiantes, ni docentes, ni jubilados son “la casta”.