La decisión reciente del Consejo de Administración de la Cooperativa de Energía Eléctrica de no desprenderse, al menos por el momento de la planta de gas, la cual tiene en la actualidad 14 empleos directos, tiene diferentes puntos de reflexión y genera distintas opiniones y posturas, aunque a decir verdad por la cantidad de gente que asistió a la reunión informativa donde comunicaban tal determinación, podríamos decir que a la mayoría de la sociedad es un tema que no le interesa o no está dentro de sus prioridades en estos momentos, sino que queda circunscripto al ambiente cooperativo y político (por qué político, por la presencia de referentes de la política local presentes, y por primera vez de la Libertad Avanza).
Para recordar, el Consejo de Administración había recibido el mandato de la asamblea ordinaria, de tomarse cuatro meses para analizar la situación deficitaria de la planta, y poder estudiar las propuestas de empresas privadas interesadas en comprarla. Se presentaron cuatro empresas efectuando ofertas en dólares, con la condición de que debían entregarla libre de personal, es decir la Cooperativa debía indemnizar a los 14 empleados de la misma y así poder concretar la operación.
En ese marco de reunión informativa se pudieron escuchar distintas opiniones de asociados, en especial un estudio realizado por el Cr. Sergio Carranza donde rescata que, en los últimos diez años, ocho de los mismos, la planta arrojó pérdida, sólo dos años con cierto equilibrio o leve utilidad. Pero si nos remontamos más atrás y se analizan los balances de la entidad, se puede ver que el déficit de la planta comienza mucho antes y que fue un tema que se abordó en cada asamblea ordinaria desde hace por lo menos veinte años, es decir el problema está planteado desde hace mucho tiempo, y aunque intentaron introducir cambios, modificar cosas, mejorar otras, la realidad es que no se ha podido revertir, y ahí surge el interrogante: ¿Por qué pensar que ahora sí se podrá revertir, por qué pensar que ahora será diferente?.
Posiblemente algo de lo que se viene haciendo no es lo acertado, pero llama la atención sin dudas, que cuatro empresas estén interesadas en adquirir la planta de gas. En la reunión se comentó que los privados gozan de mayores privilegios que las cooperativas en el mercado del gas envasado. Según datos del INDEC, de noviembre de 2023 alrededor de 20 millones de personas en el país todavía utilizan gas envasado, mientras que 22 millones usan el gas de red. ¿Podría haber mercado entonces para incrementar las ventas?, hasta ahora la Cooperativa no lo pudo hacer, porque también es una realidad que es un negocio donde hay que invertir, y por lo visto además de subsanar el déficit de la planta con los excedentes de otros servicios, en este ámbito dentro de la entidad las inversiones parecen haber sido muy pocas.
Al parecer en esta oportunidad hay un compromiso del movimiento cooperativo de colaborar con la institución varillense para continuar con la planta, reducir el déficit y tratar de que esté por lo menos equilibrada, si eso alcanzará, no lo sabemos, todo dependerá de las acciones que se realicen hacia adelante, y posiblemente este sea un tema que se abordará en la próxima asamblea ordinaria en abril del año que viene.
Volviendo al planteo inicial, por ahora la cooperativa dejó pasar la oportunidad de resolver en forma definitiva un tema que es recurrente, que en la coyuntura económica, sin reglas claras, si se podrá seguir sosteniendo con recursos de otros servicios, lo cual en todo caso habría que ver hasta qué punto es justo que sea de esta manera, y surgen nuevamente las preguntas: ¿será que finalmente podrán modificar todo lo que hasta ahora no pudieron, o será que sólo se prolonga con esta decisión, un poco más la agonía de algo que no está claro si tiene o no futuro?.