Se cumplieron los primeros seis meses del segundo período de la gestión municipal, y desde que se inició el año los problemas fueron in crescendo, primero con el brote de dengue, donde Las Varillas se ubicó entre los principales centros urbanos con más casos y la triste estadística oficial de dos fallecidos, donde ciertamente hubo una falta de reacción en un primero momento hasta que la situación comenzó a complejizarse y se tomaron acciones más contundentes acentuando la fumigación, los bloqueos domiciliarios, y la concientización de que se debe combatir la larva del vector, en este caso el mosquito aedes aegypti.
Es real que el brote de dengue afectó a gran parte de la provincia y en otras provincias del país, sobre todo Buenos Aires, pero eso no quiere decir que en todos los casos de alguna manera “no se hayan dormido con la prevención que generalmente se hace en octubre-noviembre del año anterior, y conociendo de antemano el cambio climático y cómo va afectando.
El segundo “golpe fuerte” que tuvo la actual gestión, es lo que ocurre con el Plan SIVAVI II, donde si bien es cierto que la inflación, que durante 2023 tuvo saltos importantes en agosto y diciembre, con devaluaciones que modificaron todos los costos, no sólo para construcción, y donde también es verdad que la falta de mano de obra retrasó el plan, lo que no se entiende todavía ahora es cómo una administración que viene en gestión cuatro años y asume un nuevo período, espera cinco meses antes para comunicarles a los adherentes que el plan no cierra y deben agregar metros y por ende cuotas. Quizás no es todo responsabilidad de la actual gestión no haber corregido el plan cuando se tenía que hacer, ya que data de 2009, es decir de alguna manera les tocó resolver, lo hicieron tarde y eso les generó innumerables cuestionamientos y malestar de los adherentes, que aún no se sabe bien si algunos de ellos iniciarán una demanda al Municipio por lo que consideran una “mala administración”.
Lo llamativo es que, en los próximos años de gestión, este gobierno también tendrá que concluir el resto de los planes municipales en vigencia, y habrá que ver cómo lo hace.
El tercer cimbronazo es sin dudas, el juicio de más de 200 millones de pesos, que deberá pagar el Municipio a través de la Empresa Municipal Aguas Varillenses, al Sanatorio Policlínico S.A., por una demanda iniciada en marzo del 2016, pero con un reclamo de un par de años antes, donde la clínica había sufrido importantes hundimientos en un sector de su estructura que da sobre calle Belgrano, y que según pudo conocer este medio, los directivos del Sanatorio intentaron dialogar muchas veces con el entonces intendentes Juan Pablo Rujinsky para llegar a una solución al problema, y se habrían encontrado con “con una actitud caprichosa que no quiso oír el reclamo”, y no les habría quedado otra alternativa que iniciar el juicio, que finalmente ganaron.
Pasaron desde entonces tres administraciones si contamos desde Rujinsky donde se origina el inconveniente, pasando por Chiocarello y la primera gestión de Daniele, y ninguno pudo tratar de consensuar una salid, tanto es así que la demanda pasó por todas las instancias, incluidas el Tribunal Superior de Justicia, que le dio la razón al Policlínico.
Hay que hacer la salvedad, de que no todo recae en la total responsabilidad del actual gobierno, porque esto por ejemplo es heredado, pero sí podríamos decir que tuvieron cuatro primeros años para advertir todas estas situaciones, y ahora la resolución, termina recayendo una vez más en “que lo pagan los contribuyentes”.
¿Realmente es que no hay otra salida?. ¿Reducir costos, recortar gastos, postergar algunas obras que podrían esperar?. O será que es más fácil siempre que se haga cargo “el pueblo”.
