La semana pasada se conoció que el Municipio adquirió una retroexcavadora marca Case en una empresa de Santa Fe, lo cual motivó cuestionamientos desde la oposición, semanas atrás lo había mencionado en este medio la concejal Cecilia Baldrich, y luego el Tribuno de la minoría Juan Manuel Mainardi formuló numerosas observaciones y se abstuvo de aprobarla la compra fundamentalmente porque si se hubiera comprado en una industria local el Municipio se hubiera ahorrado un importante monto de dinero.
A eso se le sumó la voz del empresario local titular de Produmat, Pablo Mensa (ver en esta edición), que fue contundente al brindar apreciaciones hacia la intendencia al decir que no tiene justificativo haber adquirido una maquinaria afuera cuando la misma se fabrica en la ciudad, con mano de obra local.
Evidentemente es difícil de justificar, porque más allá de que sea un error involuntario, porque no parece que haya habido mala intención, sino que evidentemente se evaluaron otras circunstancias al comprar en la empresa santafesina.
Posiblemente los tiempos apremiaron porque debían presentar la documentación en la Nación para recibir el subsidio y poder comprar la máquina, pero es cierto que el trabajo de chequear en el mercado local si existía la posibilidad de contar con este tipo de maquinaria ya sea fabricada acá o vendida por concesionarios radicados en la ciudad, debió existir, y en todo caso si nada de lo que estaba al alcance localmente convencía, plantear esa situación para evitar, como finalmente sucedió, este tipo de conflictos absolutamente innecesarios.
Tal vez falte entonces más comunicación entre la intendencia y los empresarios,y a su vez con la institución que los nuclea. El compre local es muy importante, y lo que sucedió debería ser un caso testigo para extenderlo a todos los demás sectores de la economía varillense, siempre y cuando los precios sean razonables y conveniente. En estos momentos se torna casi indispensable para poder sobrellevar las pos pandemia y la crisis económica general.
