No se trata de abandonar una política de viviendas que brinda respuestas, sino de corregir errores y tratar de prevenir los desfasajes.
En los próximos días se podría aprobar en el Concejo Deliberante el proyecto de ordenanza presentado por el Poder Ejecutivo, con fuerte respaldo de todo el gabinete municipal, que contempla un plan de financiación para agregar 8,14 metros que faltan de recaudar en el Plan SIVAVI II, a pagar con distintas facilidades que otorgará el Municipio, como extender las cuotas hasta 24 y 36 meses.
Para contextualizar, el lunes 29 de abril se llevó a cabo la segunda reunión con los adherentes de dicho plan en el Teatro Colón, y el martes 30 se presentó el proyecto en el Concejo, ratificando que necesita darle un “rumbo al plan para poder finalizar las viviendas que todavía faltan de construir y entregar”
Volviendo a la reflexión de lo que ha sucedido hasta acá, podríamos preguntarnos: ¿Puede el Municipio hacerse cargo de una parte del desfasaje del plan?. Por qué fue tan contundente la respuesta que NO, porque detrás de este plan vienen otros cinco planes que posiblemente algunos de ellos puedan tener problemas similares.
Las otras cuestiones que habría que preguntarse es si la cuota que se paga en Las Varillas por planes de viviendas es la que correspondería si se tuviera en cuenta el índice de la construcción de la provincia de Córdoba, generalmente está abajo del mismo, y en un proceso inflacionario esto comienza a cobrar relevancia a medida que la inflación es alta, como sucede en nuestro país desde hace algunos años. Pero, por otro lado, qué capacidad de pago tendría muchas familias que además de ver resentidos sus ingresos por la coyuntura económica, también alquilan, y esa será su vivienda propia.
¿El departamento de viviendas quedó chico?. Actualmente mencionaron que hay alrededor de 1900 adherentes y seis planes en vigencia. Pueden siete personas dedicarse a efectuar todo lo que hace falta y al mismo tiempo controlar todo lo que demanda la construcción, un privado sabe que construir una casa implica estar encima de todos los detalles, ni qué hablar de los costos. ¿Será necesario hacer un replanteo también de qué tipo de departamento de viviendas se pretende y de lo que se puede, pero es una realidad que el trabajo es mucho e intenso, y posiblemente no ha quedado tiempo para efectuar análisis valga la redundancia “a tiempo”, y de esta manera tratar de evitar llegar casi al final de los planes con planteos del tipo del SIVAVI II, que lógicamente genera malestar e incertidumbre en los adherentes.
El interrogante es cuándo se convocará al resto de los adherentes de los planes para poder hacer una evaluación, y en todo caso acá también hay que decir que faltó compromiso de los adherentes en conformar y sostener comisiones que acompañen el proceso del plan hasta su finalización, lo cual no quita que la principal responsabilidad es del Municipio como administrador, y no es oportuno cargar contra la actual administración porque a lo largo de estos veinte años o más, si nos remitimos a los primeros planes como el SIMUVI, Techo, Unidad, etc. todos han registrado inconvenientes, con aumento y extensión de cuotas, y sin los niveles inflacionarios como en la actualidad.
En todo caso, lo que se debe buscar es una alternativa conveniente y consensuada con los adherentes, porque no todos están en las mismas condiciones para afrontar dela misma manera el pago de las cuotas, y debe quedar claro que la mayoría de ellos son personas de clase media que quizás esta es la única posibilidad de acceder a la casa propia, y también la mayoría hacen un gran esfuerzo para estar al día con el pago.
Los planes de viviendas municipales siempre fueron muy positivos para la comunidad, por el acceso a la vivienda, por el movimiento económico que genera la construcción en la ciudad, pero la evidentemente como lo expresamos en la editorial anterior referida al tema, la historia indica y todo va en dirección de que es hora de formular replanteos serios, responsables, cuidando el bolsillo de la gente, corrigiendo errores, y sobre todo anticipándose a este tipo de situaciones que se vienen repitiendo a lo largo de todos estos años a poco de finalizar un plan.
De esta manera, no está dando resultado en cuanto a que el plan cierre en tiempo y en forma, tal cual se lo presentaron a los adherentes. Tal vez no se trata de abandonar una política de viviendas que brinda respuestas fundamentales para la vida de una familia que es tener su casa, sino de introducirle cambios.