Egle Barredo fue designada como la mujer destacada del año 2024 en el marco del Día Internacional de la Mujer que se celebra el 8 de marzo, por el Municipio de Las Varillas, y junto a otras mujeres elegidas, como las Abuelas Leecuentos por el Concejo Deliberante, Daniel Minari y Susana García por CECIP y Mujeres Empresarias CECIP, tendrán un su homenaje en un acto a desarrollarse a partir de las 20,00 en el Teatro Colón.
En conversación con EL HERALDO-Diariodelasvarillas, a punto de cumplir 89 años, dijo que se sorprendió por el reconocimiento, del cual se enteró porque una de sus nietas le envió un mensaje felicitándola, y la reacción fue pensar que no es merecedora de tal distinción: «No, la verdad que todo lo que hago es compartir, porque cuando era chica mi mamá me enseñó el significado de la palabra compartir y no había mucho para compartir, pero me enseñó que la merienda que llevaba a la escuela tenía que compartirla, yo veía que era chiquita, pero me decía que siempre había un pequeño pedacito para darle a la compañerita, desde ese momento tomé como lema la palabra compartir, hasta el día de hoy…», expresó.
Aunque su vida está impregnada de vocación de servicio, prefirió no mencionar lo realizado, pero muchos saben de su tarea docente no sólo en las aulas de la escuela ex Nacional 110, actual Bartolomé Mitre, sino también en todo el barrio, con la cercanía y la ayuda a muchas familias y sobre todo a los niños. «No voy a hablar de lo que uno puede compartir con alegría, con tristeza, a veces con dolor, pero si decir que tengo el corazón lleno de agradecimiento con las personas con las que me tocó compartir, primero en la escuela 110 donde daba clases, donde era amiga de las madres, las abuelas, de todo el mundo en este barrio que quería muchísimo, y desde ahí en adelante hasta que apareció el Comedor Lucecita, ahí tuve más compañía, porque antes lo hacía sola, me encontraba siempre con una persona que era una compañera docente, a la que quería mucho, que era Edith Sturm de Zanello, una mujer con mayúsculas, con quien nos encontrábamos yo viniendo de las casitas (de los alumnos y gente del barrio Mitre), y ella yendo con el rosario hacia la gruta de Lourdes…», se explayó.
Apenas recibida de docente dio clases en la escuela B. Rivadavia, también dio clases de historia en el antiguo colegio de María Inmaculada, cuando comenzó el Padre Lorenzo Mensa el Instituto G. M. Zuviría «lo tenía siempre visitándome y llevándome para que le ayudara en algo, y pudimos hacer lo que él tenía ideado pero faltaban profesores, y me dice usted va a ser profesora de algo, yo me empecé a reír y le dije que lo único que podía dar era Castellano, y estuve dando un años y medio», recuerda. Posteriormente ingresa en la escuela 110, ahora B. Mitre, donde desarrolló la mayor parte de su vida profesional y donde la recuerdan con mucho cariño.
Aseguró que esa vocación de servicio que nace desde su corazón la hace sentir «bien y así puedo hacer algo en la vida por alguien o que alguien lo haga por mí, porque también es un agradecimiento a quienes comparten conmigo». Mientras que remarcó la importancia de haber podido ser partícipe de la tarea solidaria que desarrolla desde hace muchos años el Comedor Lucecita: «Después de muchos años de tarea en la escuela 110, apareció el Comedor Lucecita, donde empezaron varias mujeres, pero después fueron dejando porque tenían que salir a trabajar, y fuimos quedando Tere, Susana y yo, y después fueron agregándose otras chicas que trabajan a destajo, con un corazón enorme, y lo hacen sin esperar nada a cambio, como se hacen todas estas obras….».
Al concluir la charla, y con cierta vergüenza, porque entiende que la vocación de servicio al prójimo surge del corazón, dejó un mensaje: «No me gusta mucho hablar de todo lo que viví, tengo muchas anécdotas lindas, alegres, tristes, dolorosas, le diría a la juventud que hay mucho por hacer, que se fijen a su alrededor y van a encontrar ojos que los miran pidiendo compartir, una idea un consejo, una ayuda, cualquier cosa que vena en la mirada de los demás, se van a dar cuenta…», comentó.
