El conflicto en la salud pública se agudiza en todo el territorio provincial, y aunque desde los gobiernos hacen esfuerzos y las ofertas de mejoras salariales son importantes, no ayudan en nada la coyuntura nacional,y también cierto cansancio del personal del sector, que quedaron agotados porque la realidad es que se cargaron la pandemia al hombro (tanto públicos como privados), y después de la misma no necesariamente fueron y son reconocidos como esperaban.
En el caso del Hospital de nuestra ciudad, la realidad es que desde que la Provincia se desligó de la salud en la intendencia de Omar Basso y gobernación de Ramón Mestre, y el Municipio se tuvo que hacer cargo, los recursos enviados por el Gobierno Provincial nunca alcanzaron, y por eso las intendencias siguientes crearon comisiones o cooperadoras de apoyo, gestionaron poder facturar a obras sociales, solicitaron y recibieron donaciones, y hasta crearon un nuevo impuesto como el FOSAV, y por eso el centro de salud municipal con sus dos periféricos se sostuvo y creció en servicios, infraestructura, convirtiéndose en un orgullo para los vecinos que deben asistir al mismo, tanto de Las Varillas como de la zona. Y eso se hizo en conjunto, entre el Estado Municipal que no se desentendió nunca y el personal que con aciertos y errores, siempre están para tratar de llevar soluciones a los pacientes.
La realidad es que los recursos que envía la provincia no son suficientes, pero al mismo tiempo la situación general del país con la inflación resiente la recaudación impositiva y por lo tanto se achica lo que se coparticipa con los Municipios, y esto complica aún más cualquier intento extra de paliar la falta de fondos.
Pero al mismo tiempo tampoco es fácil para el Municipio porque de hacerse cargo de estos pagos adicionales, se convertiría en algo mensual que requiere ver de dónde salen esos fondos para compensar la mejora otorgada. Y eso implicaría reacomodar otras estructuras municipales y partidas presupuestarias en un contexto donde se “camina por una cuerda floja”, analizando el día a día en el marco de un proceso inflacionario que afecta todas las áreas y actividades, y que no parece por el momento tener signos de mejoría.
Por otro lado, el personal tiene razón en todas sus formas y manifestaciones, porque más allá de que a no todos le cabe la aplicación del artículo de Recurso Humano Crítico, hemos comprobado en la pandemia que sin cada uno de ellos hubiera sido un “desastre”, y en Las Varillas podemos decir que el sistema de salud público y privado estuvieron a la altura de las circunstancias, con aciertos y errores, pero estuvieron en la primera línea, “nadie se borró”, y eso no es una cuestión menor y que se debe valorar.
Claro que lo que hace falta son más recursos, pero si no se “acomoda” la economía del país y en particular se frena la inflación, ningún recurso va a alcanzar, y este tipo de conflictos, no sólo con la salud, se van a reiterar.
