TRADICIÓN E INNOVACIÓN EN LA CAPITAL DEL HELADO
Rosario, conocida como la capital nacional del helado artesanal, es el hogar de MontHelado, una de las mayores heladerías industriales de Argentina. Con una planta que ocupa una manzana, 350 empleados y una producción que supera los 15 millones de litros anuales, la empresa combina una rica historia familiar con innovación y una visión estratégica para el crecimiento.
La trayectoria de MontHelado
Fundada en 1948 por Pedro Comanducci, un inmigrante italiano que comenzó elaborando helado artesanal en Rosario, MontHelado evolucionó desde sus orígenes humildes hasta convertirse en un referente nacional. Mauricio Comanducci, actual líder de la empresa, tomó las riendas en los años 90, modernizando el negocio con nuevas máquinas, recetas innovadoras y una red de distribución que llegó más allá de Santa Fe. “Crecimos por esfuerzo propio y gracias a nuestra gente. Si crecí yo, crecieron ellos”, destaca Mauricio.
En 2006, la familia adquirió la histórica marca La Montevidiana y transformó una antigua planta de café en la actual fábrica de MontHelado, donde producen para sus marcas propias y para terceros, como Freddo, Arcor y Duomo. “Invertimos antes de que llegue la demanda. Si esperás, perdés el tren”, explica Comanducci, subrayando la filosofía que impulsó el crecimiento de la empresa.
Desafíos y visión de una empresa familiar
A pesar de su éxito, MontHelado enfrenta el desafío de la estacionalidad. “En verano vendés 100, en invierno 20. Hay que ser como la hormiga: guardar en la temporada alta para pasar la baja”, describe Mauricio. La empresa se destaca como un modelo de negocio familiar, con los hijos de Comanducci, Carolina (contadora, en el área comercial) y Pablo (ingeniero en alimentos, en producción), ocupando roles clave. “Les exigí estudiar. No basta con trabajar en la empresa, hay que estar preparado”, afirma.
Con casi un siglo de historia, MontHelado se proyecta hacia el futuro. “Argentina tiene un potencial enorme. Si invertimos y apostamos, podemos estar más arriba”, sostiene Comanducci. En Rosario, donde el helado es parte de la identidad cultural, la empresa demuestra que tradición e innovación pueden converger para transformar una historia familiar en un gigante nacional.
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