En el marco del Día del Maestro, que se conmemora en honor a Domingo Faustino Sarmiento y es una de las más significativas por la relación que se entabla entre el alumno y su maestro/a. Reflexionando sobre la actividad docente EL HERALDO-Diariodelasvarillas.com dialogó con “Gachi” Bosio, quien estuvo 36 años en la escuela Dalmacio Vélez Sarsfield, la mayor parte a cargo de los primeros grados y los últimos años en la dirección; Yanina Páez que se recibió en 2014 en Inicial y en 2018 de Enseñanza Primaria, actualmente da clases en la escuela José María Paz; y Ana Laura Murúa, que se recibió en 2023 y recién inicia su camino en la docencia en la escuela 25 de Mayo de La Playosa, también al primer ciclo.
– ¿Cómo es la actividad docente según la experiencia vivida por cada una?
Gachi- Yo creo que uno da mucho, pero recibe más de lo que da. Cuando los encuentro en distintos ámbitos, ese saludo, ese cariño que ellos te brindan, ese saludo te llena el alma.No todo es color de rosas y hay veces que uno. Es un trabajo muy desgastante, pero después se recompensa el 100%, se recoge el 100% de lo que uno dio.
Yanina- En mi caso venía de estar seis años en nivel inicial, entonces cambiar de un año para el otro en primaria me costó. Obviamente los niveles son diferentes, pero el ámbito, al estar en el aula, el acompañamiento de las mismas docentes, todo eso hace que todo sea más llevadero y más lindo. Siempre uno escucha a las que tienen más antigüedad, son las que te apoyan, te dan consejos, a veces tenemos desafíos que no sabemos cómo resolverlos, pero siempre mientras uno tenga el apoyo y la contención, todo es más lindo.
Ana Laura- Uno por ahí no encuentra en el aula o en la escuela lo que los manuales te dicen que es; resultó algo diferente, incluso las herramientas. Yo creo que uno va tratando de ser todo un estratega, sobre todo por, como decía ella, los desafíos que se nos presentan hoy, porque no tenemos como nosotros íbamos a la escuela, no es lo mismo, la crianza es diferente, los ambientes son diferentes. Bueno, ahora todo este mundo de la tecnología que también invade de las aulas, que es todo un desafío para los que estamos detrás, digamos, parados enfrente de un aula.
Entonces es bastante desafiante, yo con muchos miedos por ahí, pero ir, digamos, saltando todas esas barreras que se ponen y sí, también escuchando a los que por ahí tienen un poquito más de experiencia, que siempre sirve.
-¿Cómo era la enseñanza hace 30 años atrás sin tanta tecnología que puede ayudar en muchos casos y en otros no tanto?
Gachi- Era poner cuerpo y alma en esa tarea, buscar una búsqueda constante de estrategias.
Nos decían, hay que atender a la diversidad, porque recibimos, así como se reciben ahora, niños que ya sabían leer y escribir y otros que no sabían ni hacer grafismos. Es un trabajo donde es muy difícil disociar, llegar a tu casa y olvidarte, porque uno continuamente está en esa búsqueda de soluciones. Había que hacer mucha capacitación. Particularmente yo siempre fui enamorada del aprendizaje de la lectoescritura, entonces bueno, me capacité mucho en eso y bueno, eso ayuda y da seguridad. Pero como nadie te da la receta, después uno con todas esas herramientas va aplicando en el aula y va buscando y adaptándola a cada situación particular.
Yanina- Uno a medida que va entrando en el aula y va conociendo la realidad de cada uno, cómo viene cada uno de su hogar, no todos tienen las mismas realidades, no todos tienen acompañamiento de la familia. Hoy en día se nota bastante eso.
Uno trata de ayudar a veces, yo creo que todas sostenemos lo mismo, que no somos solamente docentes, también somos psicólogos, también somos médicos, también un montón de cosas que vamos ayudando para que ellos se sientan bien, porque no es solamente el enseñar lo que está en los libros, sino es todo el conjunto para que el niño se sienta bien.
Ana Laura- Diversidad en todos los aspectos. Nos encontramos con chicos que quizás necesitan más asistencia, porque la escuela también asiste, no solo educa, también con muchos diferentes niveles de aprendizaje. Hay a quienes tienen más necesidades, quienes van un poquito más avanzados, grados numerosos, por ahí con pocas herramientas, por ahí que no llegan, digamos, de donde tendrían que llegar.
Entonces sí, es como dice Gachi, siempre por ahí damos más de lo que tendríamos que dar, pero es algo que yo creo que uno hace como que lo tenés que hacer, no te queda otra, y no porque no lo sienta, sino porque lo sentís, porque estás todo el tiempo replanteándote cómo puedo hacer para que mejore el aprendizaje, siempre es muy reflexivo este trabajo. Yo creo que no hay un día en que las maestras no salgan del aula preguntándose qué hice bien, que mal, es muy reflexivo este trabajo, es hermosa.
-¿Cuándo decidieron ser docentes, pensaron que iba a ser como después lo vivieron y experimentaron?
Gachi- En ese momento que tuve que elegir, mi idea era ir a estudiar una carrera universitaria, y un día cuando ya estaba por empezar, hice un clic, pasé frente al DVS, me inscribí pero no magnifiqué lo que iba a ser en mi vida, y realmente si hoy tuviera que volver a elegir lo haría porque me llenó el alma, coseché muchísimo. Más allá de lo técnico, creo que los niños se acuerdan de la mirada amorosa, si el maestro tuvo esa mirada amorosa, si fue visto, si fue escuchado, eso es lo que más le podemos dejar a ellos.
-¿Cómo se trabaja en relación a la diversidad, niños con situaciones especiales?
Yanina- Estamos siempre muy cerca de los niños, tratando de ver si están bien, si comió o no, si están con docentes de ramos especiales les pedimos que se fijen y nos digan cómo lo ven, al directivo uno va y le plantea las situaciones que va viendo dentro del aula, todo el conjunto va ayudando para que ellos se sientan cómodos.
Ana Laura- Se trabaja con otros docentes que están capacitados para este tipo de situaciones, igualmente creo que nos quedamos cortos, porque cada día tenemos nuevas adversidades con ese tema, y me parece que tendría que ser más fuerte la enseñanza en el Profesorado, se tendría que ampliar, porque ya no estamos frente a las aulas que teníamos antes, en el sentido de que ahora se incluye más, entonces, tenés otro panorama y tenés que atender a todos, y estar incluido no es solamente que esté sentado en un aula, sino que reciba el aprendizaje y pueda adquirirlo, porque no es incluirlo que esté presente todos los días sentado en una silla y que no aprenda nada a lo largo de los años, es lo mismo que nada. Necesitamos muchas herramientas.
-¿Qué piensan sobre lo que mucha gente dice, que la enseñanza de antes era mejor que la de ahora?
Gachi- No coincido, era una enseñanza para una determinada época, no encajaría ahora en esta época. Con respecto a la inclusión, este nuevo panorama en la educación, la mejor herramienta es trabajar en equipo, es buscar ayuda en el equipo directivo, en otra docente, en los especialistas, el trabajo individual no va, creo que el trabajo colaborativo es una buena estrategia, que a veces no basta.
Ana Laura- Se tiene que dar algo interdisciplinario, tenemos el ojo clínico, tenemos el trabajo de la Psicopedagoga, pero por ahí no tienen el ojo que tiene el docente, por eso es necesario el conjunto, porque en soledad es muy difícil.
La educación ahora es diferente, y creo que nada queda obsoleto, hay que tomar lo de antes, hay que tomar lo de ahora, hay que hacer algo con todo.
-¿Cómo trabajan la tecnología en el aula?
Yani Paez- Siendo también mamá, uno trata de enseñarles que hay cosas buenas y cosas malas, porque también traen todo esto a la escuela, uno nota los niños que están todo el día con las pantallas, y los perjudica dentro del aula, uno trata de aconsejarlos, porque a veces ayuda a la enseñanza y a veces no, tratamos de buscar todos los recursos para que entiendan que es buena, pero usándola de cierta forma.
-¿Qué significa para ustedes ser docente?
Gachi- Ser docente es parte de mi vida, mi familia lo tiene incorporado así, todas las familias que conocí a lo largo de estos años, los alumnos, es parte de uno y no se puede disociar.
Yani Páez- En mi caso además de la docencia, tengo un emprendimiento familiar, muchas veces uno se pone a analizar, si conviene o no, pero realmente lo hago porque lo llevo en el corazón, me gusta, tenemos días que a lo mejor no queremos ir a la escuela, sí, nos pasa, como a todos, pero cuando llega ahí te olvidas, porque es una satisfacción grande.
Ana Laura- Dije coy a probar y realmente fue una sorpresa, porque en el aula es como otro mundo. Cargamos con la mochila diaria que cada individuo trae, pero creo que vos entrás, cerrás la puerta del aula y te olvidás de todo, pero también es difícil separar la figura del maestro con la persona, uno por ahí carga con todos los problemas que traen los niños, por eso es tan humano. Por ahí lo que ha cambiado también es que no está esa figura del docente que lo sabe todo, sino del docente que acompaña y que ayuda a los niños exploten todas esas capacidades que traen.
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