Helados Melano, cinco generaciones en un negocio icónico de Las Varillas

En febrero comienzan a construir la nueva fábrica en el loteo Almafuerte IV y más adelante piensan anexar al local de calle Pellegrini, cafetería. En los últimos años abrieron franquicias en Córdoba y Villa María, además de las localidades de la región.

La heladería está actualmente llevada adelante por la quinta generación de la familia Melano, un italiano junto a su esposa que primero se establecieron en Las Varas y al poco tiempo se mudaron a Las Varillas, en aquel entonces incipiente pueblo, allá por el año 1910, por lo tanto, ya cumplieron más de cien años.
El Heraldo conversó con la familia Melano, la tercera, cuarta y quinta generación, Juan Carlos, José y Emiliano, éste último actualmente es quien, junto a sus hermanos llevan adelante el negocio, que se expandió rápidamente en los últimos años, contando con apertura de heladerías en Villa María, Córdoba y la región.

Juan Carlos recordó que su abuelo aprendió a hacer cocina en la escuela de Cavour (Italia), donde principalmente se dedicaba a los dulces: bombones, caramelos, postres, etc., instalándose los primeros años en la zona, en Las Varas donde se dedicaba a elaborar y vender sus productos, hasta que se mudan a Las Varillas en 1914, en un local en calle San Martín, luego se trasladan al frente de Plaza Independencia con la fábrica de caramelos, con el tiempo se van agrandando y llevan la fábrica a la esquina de Vélez Sarsfield e Italia, contando con cien operarios, y donde además hacían productos de panificación.
La firma era Pedro Melano e Hijos, luego fallece el abuelo, y se convierte en Melano y Cía., hasta 1952 que decide cerrar por problemas gremiales, y en 1958 inicia solamente con la elaboración de helados en un local en calle Avellaneda, hasta que progresa de tal modo que compran la esquina de V. Sársfield y Avellaneda.
Los helados se hacían de manera artesanal, con la máquina adquirida a la firma Robusal de San Francisco, que era una conservadora con una paleta, que funcionaba con electricidad, anteriormente se hacían con agua y sal, con una máquina a pedales, y siempre eran helados de agua y puntualmente de limón, con los años se agregaron más gustos, como chocolate y crema.

Por su parte, José destacó que en cuanto a la elaboración lo más importante es el proceso, porque se puede tener una materia prima de calidad, pero si el proceso no es el adecuado no quedará bien. Cuando él toma el negocio, fueron incorporando nuevas máquinas discontinuas. “Se fue creciendo, se trabajaba mucho con los servicios de comida, hasta que se incorporan los chicos, donde se va aumentando la producción y abriendo nuevos locales”, expresó.
Puntualizó que al incorporar nueva maquinaria, tuvieron que hacer cursos para mejorar la elaboración, ya que las materias primas que se utilizaban también se fueron modificando, “por ejemplo antes se le ponía maicena y era muy pesado, no se podía competir, y hoy en día los productos son otros, los que permiten poder competir y tratar de mantener la calidad, porque sabemos que heladerías nuevas van a seguir apareciendo, y a mí me enorgullece que hayan pasado tantas generaciones por nuestra heladería, y la gente se acuerda de Melano porque el 15 de marzo se cerraba y se regalaba todo el helado a los vecinos, hasta el 15 de setiembre no se abría nuevamente, lo cual ya no ocurre porque es un producto que imponen las marcas más grandes durante todo el año”, se explayó José en diálogo con EL HERALDO, quien mencionó la dedicación y el esfuerzo que pusieron junto a su esposa durante muchos años para llevar adelante el negocio.

En su caso, Emiliano, se mostró muy agradecido de su abuelo Héctor “Chocho” Melano, quien continuó con la tradición familiar de la heladería, que actualmente lleva adelante él junto a sus hermanos, incorporándose después de recibirse cuando termina la pandemia.
“Entré con la idea de que el negocio crezca, y así surgió la idea de las franquicias, con todo lo que venía atrás que era el cambio de marca y mejorar algunos sabores con la idea de poder competir. Tuvimos la suerte de encontrar a Matías Garnero, quien es primo también parte de la familia Melano, que abrió la primera heladería en Córdoba, lo cual fue un éxito, y empezaron a llegar las otras, en Villa María, y localidades de nuestra zona, y hay en proyecto abrir dos más en la ciudad de Córdoba, estamos con expectativa de que sean muchas más. Actualmente la producción se hace en la fábrica en nuestro local de calle Carlos Pellegrini, con el proyecto de comenzar en febrero con la construcción de la nueva fábrica en el terreno del loteo Almafuerte IV, esperando que esté en funcionamiento para la próxima temporada”, comentó.
En producción trabajan cinco personas, más otras diez que están en la atención al público, y contando las franquicias suman más de 25-30 personas.

Aseguró que el helado es un producto que no tiene secreto en su elaboración, es leche, crema y azúcar, “pero sí se van mejorando la textura y las propiedades físico químicas, para lo que ayudan mucho las maquinarias que cada vez salen con más tecnología, remarcando que las materias primas se compran en la zona y la ciudad, y aunque la idea es seguir creciendo, queremos que siga siendo artesanal para no perder las raíces que viene de mi tatarabuelo, entonces es llegar a cierta cantidad y ahí parar, para que no pase a ser un proceso industrial”, señaló.
Añadiendo como novedad que una vez que trasladen la producción a la nueva fábrica, se pusieron como meta anexar en el local todo lo relacionado con cafetería.

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