A lo largo de los años los cambios tecnológicos agilizaron la tarea, pero la base de la misma sigue siendo la confianza brindada para asesorar y aconsejar para que los clientes tomen la mejor decisión para su patrimonio.
La Escribana Laura Fernández cumplió el 20 de mayo 34 años en el ejercicio de la profesión notarial, anteriormente trabajó 10 años en la Justicia mientras estudiaba y después de recibida, se presentó al Concurso Antecedentes y Oposición, ganando el mismo, eligiendo la Escribanía que pertenecía al Dr. Morelli, donde desempeña su labor hasta la actualidad.
“El balance es positivo en cuanto pudo desenvolverse en el aspecto profesional, ver cambios de época, paradigmas, los cambios tecnológicos”, resaltó en conversación con El Heraldo-diariodelasvarillas.com.ar
Recordó que cuando comenzó con la Escribanía se trabajaba con máquinas de escribir donde había que poner el dedo hasta el fondo de la tecla, las famosas Olivetti, con las cuales tenían que hacer por ejemplo las minutas para las hipotecas de los Bancos, algo habitual, alrededor de 30 hojas, donde había que hacer el borrador, los corregían y nuevamente hacer el documento definitivo, lo que llevaba mucho tiempo.
El avance de la tecnología les permitió agilizar la tarea, ya que se copia y pega, lo que ahorra tiempo y brinda mayor tranquilidad y seguridad.
Comentó además, que a lo largo de los años hubo cambios generacionales: “Cuando vine había gente que no sabía leer y escribir, era una sociedad más machista, la mujer se quedaba sentada en la camioneta afuera, o, por ejemplo, ponían los autos a dos cuadras, para que no se viera que estaba en frente de la Escribanía”, dijo.
En cuanto al trabajo precisó que pasaron diferentes gobiernos, «gracias a Dios siempre en democracia, por ejemplo, aclarando que el Escribano es un representante del Estado, que, si bien trabaja en una oficina privada, es un recaudador de impuestos de distintas áreas como sellado, catastro, Afip, etc. Sobre los cambios, señaló que una reforma muy importante que hubo fue en julio de 2024, donde se derogó el impuesto a la trasferencia de inmuebles, en virtud del cual el vendedor pagaba del precio, el 1,5 % si era un inmueble urbano, y el 3% si era un inmueble rural o una sociedad, esto abarató mucho el costo ya que se sacó un impuesto caro.
«La Escribanía es para dar seguridad jurídica»
Otra novedad este año, es que las valuaciones de los bienes, que son bases imponibles (de catastro), y que están muy desactualizadas, ahora es obligatorio multiplicar eso por un coeficiente, entonces los precios se acercan más al valor real, hay que transparentar todo eso ya que la Escribanía es para dar seguridad jurídica, para resguardar las partes, todo esto ha sido muy bueno para el desenvolvimiento de la actividad laboral, que se ha incrementado debido a medidas económicas de estabilidad, baja de inflación, «por ejemplo ahora hay muchos créditos hipotecarios para compra, lo que ha sido muy positivo y se ve movimiento en la compra-venta …”, se explayó.
Agregó que el mercado inmobiliario se está reactivando favorecido por la economía con cierta estabilidad y la quita de controles, y el incentivo para usar los dólares del mercado informal.
A partir de ahora no sería necesario justificar el origen de esos fondos, lo que apunta a movilizar el consumo, facilitando las operaciones en especial en el mercado inmobiliario donde siempre hay interés para invertir: “En nuestro país el ladrillo ha sido una forma de ahorro más que el tema bancario, que por ahí fluctúa de acuerdo a la economía, por lo tanto, al haber más libertad de comercialización eso lo ha favorecido”.

Laura destacó que las Escribanías son quienes asesoran y brinda confidencialidad, orientando a la gente sobre su situación económica y familiar, un trámite relacionado a esto y que se hace mucho, es la donación como anticipo de herencia, que implica que los padres, en vida les da a los hijos lo que tiene, la casa de familia, un campo, etc., y en ocasiones se puede guardar el usufructo. “De esta manera dejan planteado todo en vida, evitan costos futuros, gastos, es un tema de mucho diálogo, de mucha elaboración antes de redactar el instrumento notarial.
Por último subrayó que la profesión le permitió solucionar muchos temas de familia, y “es muy lindo lo que uno aporta, ese granito de arena a la sociedad, de poder contribuir lo que uno ha estudiado, ha hecho, para darlo a la gente, y para que haya una sociedad más justa y más equitativa, para mí es una profesión muy gratificante, al igual que en la docencia, donde di clases 30 años y enseñé a los alumnos a tener contacto con lo jurídico, que por ahí genera miedo. Hablar, asesorar, es una tarea muy linda porque brinda lo que uno sabe y así se van creando vínculos, , lo cual la gente ha fidelizado a lo largo del tiempo, viniendo los abuelos, padres e hijos, porque el escribano es un consejero un amigo, que es mi lema diario”, remarcó Laura.