La única nieta que queda de Hortensia Kiener, Evelina Orlandi de Nieto, que tiene 88 años, conversó con EL HERALDO sobre su abuela, quien fue una de las primeras mujeres que marcó el inicio del incipiente pueblo de Las Varillas, cuando abrió junto a su segundo esposo, ya que había quedado viuda y había contraído segundas nupcias con Balbino Zurbano, iniciaron la Fonda, que era posada/restaurante en la esquina donde actualmente se encuentra el comedor La Martina, colindante al teatro Colón, motivados y siendo crucial para la fundación y crecimiento del pueblo, especialmente con la llegada del ferrocarril, ya que en un primer momento servía comidas a los trabajadores que construían el ferrocarril y luego a quienes trabajan con el movimiento que comenzó a generar el paso del tren, entre el 1903 y 1904, generando un impulso comercial a la actividad económica, y formando a su alrededor el entonces pueblo.
Evelina, dijo que recuerda poco de su abuela, pero comenta que era muy cariñosa, de origen suizo-francesa, una mujer con mucho empuje y sobre todo muy religiosa, todas las noches antes de ir al culto, ya que era de la Iglesia Evangélica, pasaba por su casa y muchas veces ella la acompañaba a la celebración. Si bien no eran muchos, había un grupo de personas, entre ellos la hermana y cuñado de Hortensia (su hermana estaba casada con Calvetti). “Siempre estaba con el misal en sus manos”, afirmó.
En este sentido, trae a su memoria que los evangélicos ayudaban mucho sobre todo a las personas enfermas, incluso ofrecían sacrificios, es decir, además de la oración permanente, hacían ayuno de días o una semana, junto al rezo para transmitir buenas energías y mucha fe a quienes transitaban una situación muy difícil.
Para la nieta, Hortensia fue fundadora, aunque su esposo, Eugenio, siempre hacía la salvedad de que quien el fundador es quien dona los terrenos, sin embargo tanto Hortensia como Balbino Zurbano fueron los primeros que se instalaron como comerciantes, tanto es así que cuando a sus 90 años Hortensia muere en Rosario, donde vivió sus últimos años con una de sus hijas, ese 4 de marzo de 1961 al traer sus restos que descansan en el cementerio local, todos los comercios de la ciudad cerraron sus puertas y fueron a acompañar su féretro hasta su última morada en homenaje a esta “gran mujer”, muy poco reconocida en nuestra historia varillense.
Recién hace algunos años se le colocó el nombre de una Plazoleta en Barrio Plásticos I, la cual para Evelina está muy poco cuidada, y la calle que cruza la misma se llama Balbino Zurbano, dos personas que fueron muy importantes para el crecimiento de aquel pueblo que se comenzaba a ordenar a partir del ferrocarril. También el Concejo Deliberante le entregó un reconocimiento hace relativamente poco tiempo, y como si fuera poco en un tiempo se colocó una placa en su memoria, en un edificio del Centro Cívico, que lamentablemente desapareció.
Hortensia quedó dos veces viuda y se casó tres veces, después de Orlandi y Zurbano, lo hizo con Mansilla, fue sin dudas una mujer que marcó una época para Las Varillas, por ser la primera comerciante, llevar adelante un negocio que requería mucho trabajo y esfuerzo, amorosa con su familia, espiritual y al mismo tiempo libre en su forma de ser.
Sin dudas que dejó huellas, a pesar de que es poco recordada en los aniversarios de los festejos patronales de la ciudad, en cada mes de octubre.
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