Juan Carlos Ceballos inició el negocio en nuestra ciudad hace cuarenta años, y llevó adelante junto a su esposa Susana, posteriormente se incorporaron su hija Lorena junto a su esposo Marcelo, tomando “la posta” hasta la actualidad donde concentraron toda la actividad en el “Autoservicio Ferretero” ubicado en calle Urquiza 81.
Contó en conversación con EL HERALDO, que después de haber llegado a Las Varillas recién recibido de Contador Público, Licenciado en Marketing y Máster en Administración de Negocios, y viniendo de una familia que toda la vida tuvo comercio en la ciudad de Córdoba, de hecho fueron uno de los primeros que pusieron un supermercado en la capital provincial; y pensando que de los títulos obtenidos, que si bien eran un respaldo importante, no serían suficientes para vivir, sino que dependería de alguien más, se le ocurrió que tenía que poner un comercio, pero antes de decidirse a hacerlo, realizó un estudio de mercado de la ciudad y la zona, lo cual arrojó que había muy pocas ferreterías.

Recuerda que estaban Martinatto y Palmero, pero en mayor medida con materiales de construcción, y otros productos comunes, notando un faltante en el área de bulonería y elementos industriales. “Las fábricas o gente que necesitaba otras cosas iba a Villa María, por eso me dije que era una buena oportunidad para encarar esas cosas, y al buscar qué hacer, Susana tenía un tío en Carlos Paz que tenía Ferretería pero más dedicada a la construcción, pero le sirvió de referencia con algunas ideas, más las que sumó propias, abrieron el negocio en calle Carlos Pellegrini, a metros del Banco Nación, frente a la Plaza San Martín, primero bulonería, agregando después todo lo de ferretería, y luego cortinería, herrajes, etc.”, dijo.
El nombre, Bulonería Las Varillas, fue elegido porque a Juan Carlos le gustaba que lo identificaran en toda la zona, por eso optó por colocarle el nombre de la ciudad donde se ubicaba.
“Ahí empezamos. nada que ver con lo que es ahora, una cajita tenía dos bulones, otra tres, máximo diez bulones por cajita”, menciona Susana que siempre estuvo al frente de la venta.
En tanto, Juan Carlos agrega que por ese motivo decidieron hacer los muestrarios, que tienen muy pocos negocios, “porque nosotros no conocíamos nada de bulones, y muchos clientes, incluso ahora, no saben qué medida es, van y se fijan, entonces a nosotros nos servía para vender y a los clientes para ubicarse en qué comprar, por eso rodeamos las paredes de muestrarios, porque de panaderos pasamos a buloneros”.
Pasando la posta a su hija Lorena y su yerno Marcelo
Hace dos años tomaron la determinación de cerrar el negocio del centro, debido en gran medida a que cambiaron las directivas en cuanto al estacionamiento, quedando acotado el sector frente a la Plaza San Martín, por ello trasladaron lo que había allí, al servicio ferretero de calle Urquiza, donde cuentan con un amplio local y permite que sea autoservicio, donde cada cliente puede encontrar literalmente “todo lo que necesite”, y es muy accesible para acceder y estacionar en frente.
Todo esto coincidió además en que Juan Carlos se jubiló de Contador y de docente, pasando la “posta” a su hija y yerno, quienes llevan adelante actualmente el negocio que es visitado por personas de toda la zona, relación que se creó desde hace muchos años cuando recién recibido iba a trabajar a las localidades a la redonda, y al mismo tiempo promocionaba el comercio, que durante la mayor parte de los años estuvo atendido por su suegra en principio, y su esposa Susana, y Luis, ya que Lorena ayudaba a su papá y continuó con la misma tradición ya que se recibió de Técnica en Comercio Exterior.

Por su parte, su yerno, que está al frente desde sus inicios del negocio de calle Urquiza, en junio de 2007, remarcó que en la región están identificados y la gente sabe que puede encontrar lo que necesite, ya que si hay algo en falta se lo consiguen de manera rápida. “Es más, tenemos gente de Bell Ville y Villa María que viene a comprar acá, porque el que conoce del rubro, en el caso de bulones se maneja una línea, y en nuestro caso manejamos toda la gama, si uno va a otras ciudades a un mayorista encuentra las medidas que más se venden, esas medidas chiquitas o más grandes es difícil conseguirlas, bueno nosotros las tenemos, y si no tenemos proveedores de muchos años para conseguirlas”, comentó.
Marcelo, quien agregó que este segundo comercio Juan Carlos lo hizo pensando en el futuro y tratando de brindarles mayores facilidades y comodidades a los clientes para poder satisfacer sus necesidades y llevarles soluciones a sus requerimientos, por eso es un “autoservicio ferretero” con más de 30 mil artículos cargados en el sistema, incluidos bulones de bronce y acero inoxidable, adecuándose a las demandas de la población.

«Es un rubro exigente que requiere respuestas rápidas»
“Por ejemplo la fábrica de cerraduras Prive que tiene 100 años, pasó por varias generaciones, nosotros somos sus clientes de toda la vida, y como les pasó a ellos, nos va a pasar a nosotros también”, acotó Marcelo, quien junto a Lorena esperan dar lo mejor de sí mismos para continuar con el negocio, y brindarles también la posibilidad a sus hijos, en caso de que así lo decidan, poder continuarlo.
Por último, resaltaron que es un rubro exigente porque las fábricas o las personas que necesitan reparar algo en sus talleres o trabajos, necesitan tener el repuesto de manera inmediata, por eso con los años aceitaron el mecanismo de brindar respuestas casi de manera inmediata.
“Muchos nos dicen que negocios como estos no se ven en todos lados, y eso se lo tenemos que agradecer a la industria y a los clientes de talleres, herreros, mecánicos, etc., que nos exige permanentemente cosas nuevas, estar actualizados y tener stock”, subrayaron, haciendo extensivo el agradecimiento tanto a clientes de Las Varillas y zona, a los proveedores, como también a los empleados que pasaron por el negocio, que contribuyeron a ser lo que es en la actualidad.








