Claudio Marchetti construye una réplica de la Torre Eiffel en el patio de su casa en la localidad de Alicia. Según expresó la idea surgió a partir de su trabajo con estructuras metálicas desde muy joven junto a su padre, recordando que incluso fueron ellos quienes realizaron el Gran Hotel Las Varillas y después de retirarse del tema, teniendo el conocimiento necesario “busqué de hacer algo, y cuando investigué que era tan difícil hacer esto, acepté el desafío, un desafío interior…”, comentó en conversación con EL HERALDO.
Afirmó que se decidió por esto por lo complicado que es hacerla, ya que requiere sacar cálculos muy específicos que no están en ningún lado para orientarse, todo ello incluye las herramientas para su fabricar la estructura porque no hay en el mercado plantillas, moldes, etc., todo lo cual hace solo: “Solamente compro las barras de hierro ángulo y proceso todo solo, incluso las bases que pesan cuatro toneladas cada una y que van bajo tierra, también lo hice solo, lo mismo que para levantar las piezas, diseñé un sistema y lo hago solo, será la única réplica en el mundo de estas dimensiones construida por una sola persona…”, dijo. La Torre tiene 30 metros de altura por 6 metros de base.
Explicó que decidió hacerla en su casa por la comodidad para trabajar ya que está a cinco metros donde posee su fábrica de aberturas de aluminio donde tiene todas sus herramientas. La Torre cuenta 86 piezas y se puede desarmar en dos días y volver a armar en cuatro días. Es la única réplica en el mundo que está en una casa particular, pero Claudio entiende que no sería el lugar definitivo ya que hay muchos ofrecimientos en todo el país para llevarla.
“Primero tengo que terminarla, estoy en 22 metros, si el destino me mandó a hacer esto, sabrá a dónde irá”, señaló y agregó que no esperaba semejante repercusión en todo el país, y eso le genera cierta presión para concluirla restando aún la parte más compleja por la altura.
Cuando la termine decidirá dónde finalmente se colocará, aunque manifestó que la gente de la localidad quiere que se quede en la misma, por ende es algo a definir. “La visita tiene que ser libre, no como ahora que me tienen que golpear las manos o la puerta para pasar a verla, por eso no creo que quede acá”, añadió.
Por último, indicó que con 57 años y sólo primario, su deseo es poder dejar algo para los demás: “Veo la cantidad de gente que viene, la alegría que les provoca, sobre todo los niños, con eso para mí ya está pago, si con lo que hago le hago bien a la gente, más en estos momentos tan malos, es un rato que se olvidan de los problemas y se entretienen, para mí eso no tiene precio…”, destacó.
