Salida de Luis de Guindos abre debate sobre inclusión; solo 2 mujeres en 26 miembros y dominancia de hombres de grandes economías
La eurozona inicia un proceso de renovación en el Banco Central Europeo (BCE) que expone deficiencias estructurales de diversidad, potencialmente influyentes en la política monetaria. En los próximos dos años, se renovará la mayoría del Consejo Ejecutivo —incluida la presidenta Christine Lagarde en 2027—, generando cuestionamientos sobre representatividad ante 342 millones de ciudadanos. A diferencia de la Reserva Federal, el BCE mantiene autonomía frente a injerencias políticas gracias a la complejidad institucional de la Unión Europea, pero esto acentúa rezagos en género, geografía y etnia comparado con otros bancos centrales.
El primer relevo es el vicepresidente Luis de Guindos, cuyo mandato finaliza a inicios de 2026. En el Consejo de Gobierno (26 miembros), solo dos son mujeres, y los 20 gobernadores de bancos nacionales son todos hombres. La Junta Ejecutiva (seis integrantes) está dominada por varones de Francia, Alemania, Italia y España; ningún país del antiguo bloque comunista —un tercio de la eurozona— ha ocupado un puesto. La economista Maria Demertzis, de The Conference Board, criticó: “El historial del BCE en representación femenina es lamentable. Una toma de decisiones equilibrada requiere reflejar la composición social”.


Candidatos para De Guindos incluyen a Croacia, Finlandia, Grecia, Letonia y Portugal, abriendo posibilidad a países pequeños o del este. Sin embargo, el puesto es menos influyente que vacantes como economista jefe (Philip Lane, 2027), operaciones de mercado o presidencia. Carsten Brzeski, de ING, señaló a Reuters: “Asignar la vicepresidencia al este sería simbólico; Berlín o París lo verían como distracción de cargos clave”.
Comparativamente, el Banco de Inglaterra tiene mayoría femenina en su comité monetario, Suecia y Noruega equilibran géneros, la Reserva Federal avanza en diversidad, pese a intentos de Donald Trump de revertirlos (despido de Lisa Cook, primera mujer negra). Un estudio de la Fed de Dallas indica que economistas mujeres subieron solo del 20% al 22% en dos décadas.
El BCE, que no interviene en selecciones, declinó comentarios. Lagarde promueve contratación femenina, pero su influencia en altos cargos es limitada. Nominaciones provienen de ministros de finanzas eurozona, aprobadas por líderes UE tras audiencias parlamentarias. El eurodiputado Markus Ferber abogó por equilibrio global: “Analizar el conjunto, no aislado”.
Investigación de Universidad Bocconi y Trinity College (Reuters) sugiere que más mujeres en juntas favorecen posturas firmes contra inflación, elevando credibilidad. Demertzis concluyó: “Lagarde intenta, pero falta cantera femenina para directivos”.
En síntesis, la renovación del BCE urge inclusión para reflejar diversidad eurozona, evitando sesgos en decisiones que impactan hogares vulnerables.
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