La Hermana Antonella Maciel, que tiene 30 años y quien llegó a nuestra ciudad en febrero pasado para incorporarse a la comunidad de Hermanas Dominicas, asumiendo como Vicedirectora del nivel medio del instituto María Inmaculada, realizó sus votos perpetuos en una celebración que tuvo lugar el 29 de abril pasado.
-¿Qué significa hacer los votos perpetuos?
Hna Antonella- Para decirlo simple es como llegar al casamiento con Dios, es la entrega definitiva que nosotros hacemos después de un proceso, no es una decisión de un día para otro, sino es un proceso de formación, donde la que ingresa va discerniendo ella misma su camino y también con gente que la acompaña, para ver si esta es su vocación o no, al final ese proceso hacemos los votos perpetuos que es ya una entrega definitiva a Dios para siempre, hasta la muerte.
-¿Cuánto tiempo implica la formación?
Hna. Antonella- Más o menos son diez años, en mi caso fueron doce años, porque hacemos un período de discernimiento antes de ingresar, cuando recién tenemos inquietudes empezamos a hablar con Alguna Hermana y también hacemos encuentros vocacionales con otras chicas que también tienen esas inquietudes, después ingresamos al aspirantado, es como una primera experiencia, y externamente seguimos utilizando la ropa cotidiana, después pasamos al postulantado donde vamos a vivir a un lugar en particular y nuestra formación pasa más por el corazón, por ver nuestra historia, por ver nuestra personalidad, y también fortalecer el vínculo con Dios, después entramos al noviciado, ahí ya empezamos a utilizar el hábito dominico, la diferencia es que se utiliza el velo blanco, hacemos una pequeña experiencia en alguna comunidad para ver la vida de hogares o la vida de colegios, después hacemos la profesión de estos mismos votos que hice ahora, pero de manera temporal y se van renovando por año, son más o menos seis años de renovación, hasta realizar los perpetuos, y ahí sí ya estamos en las comunidades que tenemos en Córdoba, Corrientes o La Rioja.
-¿Cómo surgió la vocación religiosa?
Hna. Antonella- Lo más importante para mí fue una inquietud que tenía, porque en mi vida en ese momento todo estaba bien, había terminado el secundario, estaba haciendo el ingreso a medicina en Corrientes, estaba bien con mi familia, con mis amigos, pero sentía que algo me faltaba y no sabía expresarme qué era. Ahí empezó una búsqueda de sentido de mi existencia , una búsqueda muy profunda y en ese camino me encontré con el Hogar Sagrado Corazón, allí en Corrientes, que es un hogar que nosotros tenemos donde hay nenas y adolescentes que están por diferentes cuestiones, en situaciones vulnerables, ahí me fui dando cuenta que lo mío no era la medicina, que tal vez en algún momento la miré pero por la vocación de servicio. Me fui dando cuenta que Dios me llamaba a ser feliz entregando la vida, no es algo que se discierne de un día para otro .
-¿Cómo es la actividad en Las Varillas como vicedirectora del IMI?
Hna. Antonella- Es un cargo en el que estoy pero es más una cuestión administrativa, en realidad el servicio sigue siendo el mismo, la entrega es en este caso a los niños y jóvenes, porque en lo cotidiano con ellos vamos compartiendo la vida y también las diferentes heridas que traen de su familia, de lo que van viviendo, sus sentidos, lo que la sociedad les muestra. Entonces, mi vocación de entrega tiene que ver hoy con eso, y como decía el Padre Reginaldo que es nuestro fundador, abrazarlos en sus heridas, pero prepararlos para la vida, preparar su corazón, preparar su inteligencia para la sociedad donde ellos están, y para que ellos también sean felices y busquen el bien de los otros.
