La fábrica de quesos relativamente nueva, tiene tres años y medio, pertenece a la familia Ribone, siendo Pamela y Fernando quienes están al frente de la misma.
Comenzaron a elaborar en mayo de 2022, aunque les llevó un año antes planificar y diseñar la planta, y pensar los productos, actualmente realizan una variedad interesante, desde cremoso, tybo, sardo, holanda, brie, pepato (con granos de pimienta negra), reconociendo que la variedad ayuda para los momentos en que se vende más uno que otros, y se le ofrece variedad al cliente.
Destacaron que buscan que el producto sea estable durante todo el año, ya que la leche que es la materia prima, y la obtienen del tambo familiar, varía mucho de una época a otra, pero también les otorga bastante control sobre lo que está pasando en el productor de la materia prima, conociendo la alimentación de las vacas, cómo se ordeña, “y a pesar de todos esos cuidados que se tienen la leche varía mucho en las distintas épocas del año y nosotros buscamos que el queso no varíe, quien quera un cremoso de Espinillo Ralo sepa que es con tal textura, gusto, tamaño y que salga siempre lo más parejo posible para que ese cliente se lleve siempre lo que estaba buscando”, explicaron.
Para ello se aplican tecnologías y conocimientos que van desde la estandarización de la leche, la pasteurización, hasta el empaque, embalado, todos los cuidados hasta que sale de la fábrica. Con esta finalidad además cuentan con un laboratorio donde se regula cómo viene la leche, “es como el corazón para tratar de que salga lo mejor posible, aparte del trabajo del maestro quesero que está en la tina”, dijeron.
“Este emprendimiento fue una decisión familiar parea agregar valor al tambo”
Para Fernando y Pamela fue un desafío, ambos son Químicos y decidieron radicarse algunos años en Las Varillas después de desarrollar su actividad en otro país, buscando la tranquilidad que otorgan los lugares más pequeños, y se propusieron hacer un producto de calidad e ir incorporando tecnología y equipamiento que aporte en ese aspecto, buscando un equilibrio entre hacer un buen producto, otorgar bienestar a los empleados y mejorar en forma permanente los equipos, para lo cual cuentan con la ayuda de la firma de Sergio Garola Inoxidables ubicada en el sector sur de nuestra ciudad.
Cuando plantearon la idea a la familia, recibieron el apoyo esperado, y así decidieron iniciar el emprendimiento que logró un importante crecimiento en pocos años. Actualmente los mercados son diversos, ya que distribuyen en Neuquén, Tucumán, Córdoba, Mendoza, y en la región, contando con todas las certificaciones que les permiten vender a nivel nacional, resultando una ventaja porque en determinadas épocas del año hay más ventajas en algunas zonas que en otras.
Expresaron que a medida que van creciendo siempre van pensando en ampliar la fábrica, ir mejorando y modernizando los elementos de la fábrica, aunque el principal objetivo es lograr producir con la totalidad de la leche que se produce en el tambo familiar, actualmente todavía un porcentaje se vende a otra empresa, aunque la premisa es “crecer ordenadamente”, contar con los espacios necesarios para el almacenamiento, y así poder venderlos en tiempo y forma.
Por último, afirmaron que fue todo un aprendizaje desde la producción, hasta estrategias de ventas, diseño para las etiquetas, dejando el mensaje de que se puede emprender desde cero, por lo cual también son muy agradecidos de haber podido contar con el apoyo familiar para poder hacerlo.
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