La alegría del domingo 18 de diciembre quedará en la memoria de todos los argentinos para siempre. De los más grandes porque rememoran las emociones del ‘78 y del '86, y de los más jóvenes porque experimentan por primera vez esta emoción tan profunda a la que muy pocas cosas como el fútbol nos lleva y nos da.
Los “Muchachos” fueron un ejemplo, no sólo porque ganaron con fútbol, sino porque entendieron lo que significa el trabajo en equipo, sin egos, los más jóvenes admirando a Messi que ya está en la última etapa de su carrera, pero además y lo más importante: con humildad, con amor, con pasión, dejaron todo en la cancha y se merecían ganar.
Qué más se puede agregar a tan heroica cruzada que terminó de la mejor manera.
“Nos volvimos a ilusionar” y la alegría es inmensa, pero también queda el ejemplo, ese que nos mostró que, apostando al trabajo en equipo, los frutos llegan. Esfuerzo y sacrificio, tal vez sufrimiento, pero al final “hay recompensa” y la felicidad nos desborda.
El fútbol es parte de nuestra vida y de nuestra cultura, donde las grietas se desvanecen y nos podemos ver cara a cara como hermanos de una misma Patria.
¡¡¡Gracias Muchachos!!!
