OBRA MAESTRA QUE DESAFÍA LO INFINITO
A ocho décadas de su publicación, «El Aleph» de Jorge Luis Borges se consolida como un ícono de la literatura universal, un relato que explora los límites de lo humano y lo infinito con una profundidad que trasciende épocas y fronteras. Publicado en 1945 en la revista Sur, este cuento sigue inspirando exposiciones, análisis y debates, como la muestra en la Biblioteca Nacional Mariano Moreno, que celebra su legado. Su genialidad radica en combinar la erudición, la imaginación y la identidad argentina, consolidándolo como un pilar de la literatura argentina.
Génesis de un clásico inmortal
«El Aleph» vio la luz en septiembre de 1945 en la revista Sur, bajo la dirección de Victoria Ocampo, y fue incluido en 1949 en el libro homónimo. El relato narra la experiencia de un hombre que, tras la muerte de su amada Beatriz Viterbo, descubre en el sótano de su casa un punto que contiene la totalidad del universo: el Aleph. Borges lo describe como “un pequeño objeto irisado” que encierra “el inconcebible universo”, una metáfora de la búsqueda humana por comprender lo infinito. Según Alejandro Vaccaro, presidente de la Sociedad Argentina de Escritores, el cuento refleja la lucha de Borges por capturar lo inefable a través de la palabra, en un contexto de introspección marcado por la pérdida y el tiempo.
Una exposición para honrar su legado

En agosto de 2025, la Biblioteca Nacional Mariano Moreno inauguró la muestra “Infinita veneración, infinita lástima”, curada por Laura Rosato y Germán Álvarez, para conmemorar los 80 años de «El Aleph». Abierta hasta diciembre, exhibe manuscritos, primeras ediciones, cartas y objetos personales de Borges, incluyendo una edición original de Sur de 1945 y una carta inédita a Adolfo Bioy Casares sobre la idea de un objeto que contiene el universo. También recrea el sótano de la calle Garay, escenario del relato. Juan Yap, director de la institución, destacó que la muestra busca “mostrar cómo Borges condensó la experiencia humana en pocas páginas”.
Universalidad y raíz argentina
«El Aleph» dialoga con la filosofía, la teología y la ciencia, desde la Cábala hasta las paradojas de Georg Cantor, mientras mantiene un fuerte anclaje en la identidad argentina a través de la calle Garay y la ironía sobre personajes como Carlos Argentino Daneri. María Kodama, viuda de Borges, afirmó: “El Aleph trasciende porque habla de lo humano y nuestra obsesión por abarcar lo infinito”. Esta dualidad entre lo universal y lo local convierte al relato en un puente cultural y un emblema de la literatura argentina.
Libertad creativa y crítica a la vanidad
«El Aleph» celebra la libertad creativa y la duda como motores intelectuales. Carlos Argentino Daneri, con su pretensión de abarcar el universo en un poema, representa la arrogancia intelectual, mientras que Borges contempla el Aleph con humildad. Como señala Alejandro Vaccaro, “Daneri es el reverso de Borges: uno busca poseer, el otro se maravilla”. Esta tensión refleja valores de respeto por los límites individuales y la trascendencia a través del arte, haciendo del relato una defensa de la imaginación frente a dogmas.
Simbolismo y legado contemporáneo
El Aleph, inspirado en la Cábala y la primera letra del alfabeto hebreo, simboliza la unidad de lo existente y la imposibilidad de abarcarlo. La visión del narrador, que describe galaxias, mares y detalles cotidianos en una esfera diminuta, evoca melancolía y desconcierto ante lo infinito. Noé Jitrik lo definió como “un texto que desafía cualquier análisis definitivo por su ambigüedad”. Su influencia se extiende a escritores como Italo Calvino, al cine de Christopher Nolan y a adaptaciones artísticas en Argentina, reafirmando su vigencia en 2025.
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