El 19 de marzo a las 20:30, la periodista especializada en investigación y escritora Miriam Lewin, brinda una charla en nuestra ciudad denominada “Memoria, en tiempos de Negacionismo”, organizada por la Comisión Municipal de la Memoria Las Varillas, en el marco del Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia, el 24 de marzo.
Miriam Lewin es militante política, sobreviviente de la última dictadura cívico militar, fue testigo en el juicio a las Juntas Militares, continúa declarando en causas de lesa humanidad, pertenece al Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), y al colectivo de periodistas argentinas.
En conversación con EL HERALDO (nota en video que se puede ver también nuestro canal de YouTube).
-¿De qué hablamos cuando decimos Memoria en tiempos de Negacionismo en este contexto actual de nuestro país?
M.L.- Argentina se había constituido a lo largo de los años en un faro, un referente a nivel mundial en estas cuestiones, recuerdo haber ido a participar de seminarios, en lugares tan distantes como Kabul, donde la gente se puso de pie cuando se mencionó el trabajo del equipo de antropología forense, me emocionó ver que Argentina había marcado un camino, que creo se inició con la CONADEP, y el juicio a las Juntas (Militares) como hitos indiscutibles.
En la Argentina de hoy vemos con preocupación cómo surgen posturas negacionistas, que no solamente niegan lo que ocurrió en acciones del terrorismo de Estado si no que hasta las reivindican, es decir, se justifica por ejemplo el robo de bebés cuando la Vicepresidenta Victoria Villarroel dijo que la
hija de Estela Carlotto, cuyo bebé fue apropiado y ella asesinada, era una terrorista, una guerrillera, como si eso justificara el crimen más aberrante.
Además, hoy en Argentina estamos observando la represión ocurrida a los jubilados que reclamaban en la zona del Congreso (sucedió el miércoles 12 de marzo), el ataque brutal a un fotógrafo que está reflejado en un video que está luchando por su vida, nos hace preguntarnos cuánto hemos retrocedido, la imagen de un carro de la policía de la ciudad gritando ́zurdos corran ́, la estigmatización de la militancia, como si militar políticamente fuera un crimen, son señales que nos tienen que preocupar, y nos tiene que hacer preguntarnos si estamos viviendo realmente una democracia, por más que este gobiernohaya sido elegido por el pueblo.
-¿Da la sensación de que a pesar de lo trágico ocurrido entre 1976-1983, que se pudo juzgar con el juicio a las Juntas, que tuvo trascendencia mundial, todavía se hable del tema poniendo en duda lo que pasó, y se tenga que volver a explicar?.

M.L.- Esto es absolutamente llamativo, recuerdo cuando se estrenó Argentina 1985 sobre el juicio a las Juntas, gran cantidad de jóvenes y hasta niños fueron a los cines y se emocionaron, y seguramente poco tiempo después muchos de los que se emocionaron con este filme votaron a Milei.
Creo que hay un descrédito de la política, que es responsabilidad de algunos sectores políticos que no supieron satisfacer los reclamos dentro de la democracia. Creo que la democracia tuvo deudas no saldadas en términos de derechos como el derecho al trabajo, el derecho a la vivienda, a la salud, a la educación, y surgió este personaje que por momentos parece un actor de stand up, que utilizando el concepto de libertad y atacando a la casta se constituyó en una opción que parecía anti sistema, cuando en realidad constituye la expresión más brutal del sistema, porque inmediatamente se alió con los grandes grupos empresarios, hizo todo lo posible para ajustar para pagar la deuda, desarmó el Estado y desfinanció sectores fundamentales como la salud, intentó hacerlo y creo que en parte lo consiguió, la Universidad Pública, y lo que llama la atención es que hay determinadas acciones o medidas del gobierno que merecen un repudio masivo.
-¿Por qué llegó tanto el mensaje de Milei que le permitió llegar a la Presidencia?
M-L.- Me parece que no medimos hasta qué punto la pandemia en lugar de tener como consecuencia el fortalecimiento de un sentido de solidaridad y de salvación colectiva, al contrario, potenció el aislamiento y el individualismo, y que muchísimos jóvenes fueron recibiendo estos discursos peligrosos que habla-
ban de una salida individual, que la justicia social era inmoral, que no había nada gratis porque alguien lo pagaba, que te metían la mano en el bolsillo y que vos podías triunfar solamente a través de tu propio esfuerzo.
Es paradójico que en este país cuando hay políticas sociales y hay sectores que ascienden so-
cialmente, que acceden a una vivienda o a la educación pública, estas personas dicen ́yo me rompí la espalda trabajando, y todo se lo debo a mi esfuerzo ́, y no perciben que en realidad son estas políticas facilitadoras las que les generan mejores condiciones de vida y posibilidades de progreso. Y por el contrario cuando les va mal sí es culpa del Estado, sí es culpa del gobierno, de la política.