En el Día del Médico, este 3 de diciembre, el homenaje para todos los que llevan adelante la profesión, en este caso a través del testimonio de uno de los profesionales de mayor trayectoria y reconocido en Las Varillas y la zona, no sólo por su vocación sino por su calidad humana.
EL HERALDO- Diariodelasvarillas dialogó con el Dr. Franco Vitali, quien actualmente reside en la ciudad de Córdoba, quien contó su historia como médico en Las Varillas desde el 23 de febrero de 1974 cuando llega con un año y medio de experiencia en Las Varas.
Su traslado a Las Varillas fue motivado por el fallecimiento del Dr. Juan Roland y la necesidad del sanatorio de Rujinsky de cubrir la vacante. Ya era conocido en la ciudad porque su suegro, el Dr. Hugo Paulini, venía a operar y él internaba a sus pacientes allí.
Nacido en Borgio Verezzi, Italia, en 1942, el Dr. Vitali llegó a Argentina con su familia en marzo de 1950, tras la Segunda Guerra Mundial. Inicialmente vivieron en un pueblo rural de Buenos Aires y luego se mudaron a Córdoba en 1958. Cursó la escuela secundaria en el Colegio Pío X de los Padres Salesianos en Córdoba, obteniendo el título de Técnico Mecánico Tornero Fresador a los 17 años. Trabajó dos años en Fiat en el área de matricería y luego como cronometrista. Paralelamente, estudió una tecnicatura en automotores e inició la carrera de Ingeniería en la Universidad Tecnológica Nacional. A los 19 años, tras una crisis emocional, decidió abandonar la ingeniería de forma abrupta.
Su ingreso a la Facultad de Medicina en 1966 fue singular: logró una equivalencia sin rendir exámenes, ya que sus estudios industriales y de ingeniería fueron considerados «superiores» por la autoridad máxima del Colegio Nacional de Monserrat. Completó la carrera en los seis años regulares, rindiendo su última materia un 28 de diciembre. “Siendo el día de los Inocentes, me dieron el título lo mismo”, expresó entre risas.
Durante su sexto año de medicina, realizó guardias de 24 horas en obstetricia, llegando a asistir hasta 9 partos por día para adquirir experiencia. Su carrera comenzó en Las Varas y luego se consolidó en Las Varillas, donde junto a su esposa, la Dra. Marta Vitali (pediatra y especialista en citología), dedicaron años al servicio de la comunidad.
Para mantenerse actualizado, viajó a Córdoba para hacer cursos y una pasantía de un año en reumatología, anticipando la creciente atención a pacientes mayores a través del PAMI. Estima haber asistido entre 2.400 y 2.500 nacimientos y cesáreas a lo largo de su carrera.
Destacó las condiciones de la medicina de su época: no había médicos de guardia en sanatorios ni servicios de emergencia ambulatorios, lo que implicaba realizar visitas a domicilio a toda hora, en cualquier día festivo, ejerciendo una verdadera «medicina rural».
Describió la relación médico-paciente de entonces como «otra», marcada por la cercanía y la dedicación sin prisa, atendiendo a cada paciente el tiempo que fuera necesario, una muestra de su profunda vocación.
El Dr. Vitali se retiró oficialmente de la medicina el 10 de marzo de 2020, justo antes de que se decretara la cuarentena por la pandemia. Comunicó su despedida y agradecimiento a la comunidad a través de los medios locales. Afirmó que «nunca se deja de ser médico», comparándolo con el sacerdocio, y que la medicina fue un «hobby» del cual pudo vivir plenamente.
Manifestó nuevamente su gratitud hacia la comunidad de Las Varillas y la zona por el buen trato recibido durante tantos años. Se mudó a Córdoba para estar más cerca de sus hijos, una decisión tomada conscientemente en familia.
Al dejar un consejo a los jóvenes médicos, dijo que la medicina es una vocación esforzada. Si bien las nuevas generaciones cuentan con la ventaja de servicios de emergencia y guardias que no existían en su época, la dedicación y el amor por la profesión siguen siendo esenciales.
Para él, la medicina fue inmensamente gratificante; no se arrepiente de nada y siempre tuvo la voluntad de hacer lo mejor posible por sus pacientes, incluso sacrificando su tiempo personal y familiar.
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