El presidente de Pauny S.A., Raúl Gialievra, en entrevistado por El Heraldo realizó un balance del año, habló de futuros proyectos, adelantó que están llegando en estos días los hornos eléctricos para la fundición, y se refirió a la inaccesibilidad de créditos para productores agropecuarios y a la incertidumbre, en especial por la sequía, que presenta el 2023 por lo menos en sus primeros meses, para el sector y país en general.
EH: ¿Cómo cierran este año 2022?
RG: Es un año que de alguna manera se termina difícil, porque se venía con una inercia importante de flujo de trabajo normal, con créditos, y hace casi 90 días que el alza de las tasas de interés ha influido mucho en las operaciones, y lo otro que está influyendo de una manera muy fuerte es la sequía.
Esta sequía ha hecho que la cosecha del trigo prácticamente fracasara, y que hoy todavía mucha gente no pueda sembrar. La falta de humedad preocupa al hombre de campo, y está dubitativo también en cuanto a las inversiones, porque no está viendo la posibilidad de tener una buena cosecha. Yo creo que harían falta unos 150 mm más o menos, para que se pueda sembrar y le levante el ánimo a la gente.
La situación es esa, las ventas han caído en general. Es la realidad que estamos viviendo. Entonces obliga también a ser cuidadoso en cuanto al ritmo de inversiones, esperando un año todavía incierto por varios motivos. Políticamente, qué va a pasar con el tipo de cambio, que hay gente que dice que se va a ir por las nubes y otra que asegura que se va a ir devaluando de a poquito. Son todos condimentos que crean cierta inestabilidad en el mercado.
Es una lástima que se pierdan dos años de inversión fuerte como ha habido en este último tiempo, donde había créditos accesibles para que el hombre de campo pudiera invertir.
Esperemos que este año termine y empiece con buenas perspectivas para el sector. Ahí estaremos, tendremos que apretar un poco los dientes en los primeros meses porque hasta que la cosecha no se vislumbre, que va a ser aproximadamente por el mes de marzo, que ya vean cómo está el desarrollo de las plantas y demás, no se va a saber qué puede pasar. Y esperando también que el ritmo de inflación baje, que va a ser difícil llevarlo a números normales, pero si logran empezar una baja continuada, también eso va a hacer bajar las tasas de interés y va a poder haber créditos más accesibles para productores.
EH: ¿Faltarían en el mercado créditos o hay créditos para la compra de maquinaria?
RG: Hay créditos, pero imposibles de tomar. La realidad es esa. Son créditos muy costosos, hoy están en tasas del 70 % para pymes, lo que no lo hace atractivo para el productor, a pesar de que es en pesos y él vende en dólares; como sí lo fueron cuando hubo tasas razonables por debajo del nivel de inflación, donde el productor realmente se largó a invertir.
Eso hoy es una pata que nos estaría faltando. Por eso, cuando hablo de si se logra bajar la inflación, a números más razonables, eso indudablemente reduciría las tasas, porque el condicionamiento del Banco Mundial es de que las tasas sean positivas, entonces, si tenés una inflación del 100 %, una tasa del 120 % para tomar un crédito es una locura. No hay quién la pueda sostener. Eso hace que la venta se retraiga. El hombre de campo sale a invertir cuando hay condiciones y cuando hay panoramas para adelante. Y hasta marzo, no creo que pueda vislumbrarse una tranquilidad, y tendremos que esperar también cuáles serán las repercusiones políticas, más allá de las peleas políticas que se puedan dar, pero indudablemente eso afecta.
EH: En el caso de las ventas, ¿quedaron conformes? ¿Han podido entregar todo lo vendido o tienen entregas atrasadas?
RG: Tenemos entregas atrasadas por diferentes motivos, algunos propios de la misma actividad y otros por insumos estratégicos que han tenido problemas para ingresar al país. Últimamente hemos tenido problemas con los aires acondicionados, tenemos más de cien tractores que están a la espera, y eso se está empezando a normalizar ahora. Eso sufre atrasos en la entrega, y de la entrega viene adosada la cobranza, entonces empieza a pesarnos.
Esperamos que eso mejore y haya por lo menos un horizonte más claro respecto a ese tipo de cosas. Pero bueno, en su momento fue la falta de cubiertas, después eso se solucionó, y siempre va apareciendo alguna otra cosa. El tema es que hoy sí tenemos un atraso para sacar esos tractores. En el mes de diciembre no programamos fabricación «nueva», sino recuperar los atrasos que existían, que era de más de un mes que veníamos acumulando en el año, de entrega de maquinaria.
Así que esperamos cerrar el año, de alguna manera, cerca de los dos mil tractores.
Con todos los inconvenientes que hemos tenido, creo que es una buena performance.
EH: ¿Cierran en las vacaciones o van a seguir trabajando?
RG: Prácticamente va a estar cerrada la fabricación durante el mes de enero, porque la mayoría de empleados tiene 28 días de vacaciones, y hasta 35 también. Así que, a quienes le correspondan menos días y vuelvan antes, van a hacer mantenimiento y reacomodamiento de la planta, porque tampoco quisimos tomar la decisión de suspender, sino aprovechar a realizar la adecuación de algunos sectores.
EH: En relación a las expectativas, ¿qué rol juega el dólar soja? ¿Los ha beneficiado?
RG: En realidad, el dólar soja no ha movido tanto, porque prácticamente es para los exportadores. Los que tienen el cereal son los exportadores, son los que van a liquidar de acuerdo con lo que el gobierno les ha prometido o el compromiso que han asumido con el gobierno.
Yo creo que el grueso de esa liquidación no está en el productor en sí, éste se mueve en pesos, porque ya si se va al dólar es peor todavía porque crea una expectativa con el dólar blue.
Así que creo que la gran expectativa es la mejora que han tenido los exportadores, es muy poco lo que se ve de resultado efectivo dentro de lo que es la actividad normal.
EH: ¿Proyectos para el año que viene? ¿Están trabajando en algo en particular?
RG: Sí, siempre hay proyectos. Estamos pensando en algún modelo nuevo, nuevas automatizaciones y mejoras de productos, que se están trabajando incluso para otros mercados, no únicamente el nacional. Cuando el mercado nacional está bajo, hay que buscar afuera.
EH: ¿Dónde específicamente están buscando?
RG: Estamos mirando al Este de Europa y a la zona de Brasil, que si logramos tener un producto que se adecúe para darle mayor competitividad, podría ser uno de los mercados alternativos.
EH: ¿En personal han tomado gente? ¿O se mantienen?
RG: Debemos estar cerca de los 650 empleados, y han entrado casi 100 personas este año.
EH: ¿Han hecho horas extras?
RG: Sí, porque queremos cerrar el año poniéndonos al día un poco con el atraso con el que veníamos, así que hasta el día de hoy se están haciendo horas extras y así se va a continuar hasta terminar el año.
EH: Por último, ¿los hornos para la fundición, están en camino? ¿cuándo se van a instalar? ¿Ya habían hecho obras que mejoraron la actividad?
RG: Sí, a principios del año se instalaron chimeneas nuevas que atrapan partículas que evita que salgan al exterior, todo lo que se ve es humo, pero es condensación, no particulado. Eso funciona bien.
No obstante, estamos con el proyecto de la instalación de hornos eléctricos que eso cambiaría todo. Durante la semana estarán arribando a Las Varillas, pero hay una obra civil importante que hacer, que si no estuviéramos en esta etapa de recesión en las ventas ya lo estaríamos empezando, pero hay que ir de a poco porque hay que asumir costos importantes dentro de eso. Así que vamos a tratar de, en el tiempo que pensamos que va a ser un poco más difícil, utilizar los recursos para seguir funcionando; y, cuando se abra el panorama, ahí sí encarar la obra para terminarla.
Para nosotros es una necesidad, necesitamos sí o sí dar ese salto tecnológico que nos daría una mayor capacidad para producir.
