La Iglesia advierte que «sin diálogo sincero el fracaso está a la puerta»


“La falta de diálogo implica que ninguno, en los distintos sectores, está preocupado por el bien
común, sino por la adquisición de los beneficios que otorga el poder o, en el mejor de los casos,
por imponer su forma de pensar”. Fratelli Tutti 202
Uno de los males que aqueja a los argentinos, que parece acentuarse en períodos
preelectorales, es la poca capacidad para un diálogo respetuoso que busque la verdad y el
bien común antes que una verdad parcial o sectorial. Agradecemos a los dirigentes,
referentes y ciudadanos que, con visiones distintas, intereses diversos y miradas opuestas,
no dejan de esforzarse por lograr un diálogo fecundo. Cuando prima el deseo de construir,
todo diálogo es posible, porque las diferencias no cancelan al interlocutor que piensa
distinto. También agradecemos a quienes, sin dejar de lado las discusiones necesarias, se
abstienen de caer en la polarización violenta o en la “cultura de la grieta” por la que
algunos parecen apostar como estrategia detrás de un rédito personal o sectorial aun a
costa de “sacrificar” a la Patria.
Agobio social
La mayoría de los argentinos está cansada de escuchar cómo muchos de nuestros
dirigentes se agravian, descalifican, insultan y menosprecian; muchas veces con una falta
de consideración alarmante. Los argentinos estamos sufriendo la inflación, la escandalosa
cantidad de hermanos pobres e indigentes, la falta de trabajo, la corrupción, la violencia. Si
a esta dura realidad le tenemos que agregar el “espectáculo” lamentable de quienes tienen
que dirigir, pero lo hacen a favor de sus propios intereses –y no por el bien común-, el
agobio se hace más pesado de sobrellevar. ¿Esto nos espera en un año electoral?

-Jesús se detuvo, lo llamo y
dijo “¿qué quieres que haga por ti?”
Marcos 10,51

Causa dolor y profundiza la desesperanza que la violencia verbal y gestual tenga una nueva
escalada y que sea provocada por quienes tienen el deber de llevar calma, madurez, y no
cansarse nunca de construir el diálogo y la paz social.
El camino
Para que haya diálogo tiene que haber un encuentro en el cual se respete el punto de vista
del otro, para aceptar la posibilidad de encontrar juntos un aporte que ayude a la sociedad.
El Estado, la clase política, los sindicatos, los empresarios y los movimientos sociales, los
líderes religiosos, los comunicadores, etcétera, tenemos una responsabilidad importante.
Debemos procurar no ser portavoces que amplifiquen o difundan expresiones y gestos
violentos y soeces que no ayudan a la convivencia social. Por el contrario, alentamos a no
escatimar esfuerzos en promover, sostener y acompañar espacios de diálogo y encuentro
social. ¿Podremos esperar de todos nuestros dirigentes, particularmente de los políticos,
grandeza, serenidad y responsabilidad cívica? Creemos, trabajamos e invitamos a todos a
comprometerse con este fin.
Pastoral Social
Arquidiócesis de Córdoba

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