Por Fernando Movalli
Desde lo sintético y simplista se podría decir que Huracán ganó el Superclásico por su alta efectividad y Almafuerte lo perdió por sus falencias defensivas. Pero sería solo eso, simplista y acotado y no se lo merecería, en especial, ese tremendo espectáculo del primer tiempo que nos regalaron ambas escuadras.
Porque fue esa electrizante, temperamental e increíble primera mitad con siete goles la que le da el carácter de histórico a este 5 a 3 que el Globo le propinó en su casa a su archirrival Tricolor.
Un partido siempre especial que esta vez también contó con la complicidad de un piso excelente y mullido que no solo sirvió para darle exactitud y buen destino a la pelota, sino que le aporto rapidez y un vértigo extra a cada una de las jugadas.
Y en ese incesante ida y vuelta desde el arranque, Alessandria aprovechó una “patinada” de Palmero para quitar el balón en el área chica, eliminar a otro rival y literalmente “fusilar” al sorprendido golero Rodriguez para poner la apertura del marcador sobre los 4 minutos de juego. Tocado en su amor propio, aunque sin brillar ni mucho menos, Almafuerte fue y fue y generó dos claras con un zapatazo de Perret sobre el travesaño a los 11’ y un “tres dedos” de Gigena sobre los 16’ que pasó lamiendo el poste derecho de Bramardi. Pero, a sabiendas de la “emparchada” línea de cuatro que presentaría el local, máxime con un gol a favor desde los vestuarios, Huracán comenzó a aprovechar esos espacios y la tarde de dudas y desconcentración que tuvo el Tricolor en su zaga defensiva. Y así llegó el segundo tanto a los 22’ cuando Perez la bajó de pecho y le puso un centro preciso a Alessandria para que el goleador volviera a marcar, esta vez con un soberbio disparo al ángulo pisando el área grande.
Y sobre llovido, mojado para los de Vietto cuando solo tres minutos después Gonzalez intento rechazar una pelota que se le coló mansamente a Rodriguez para el delirio de la parcialidad visitante en ese mismo sector.
Perdido por perdido, el local volcó peligrosamente todo en su ofensiva y tendría su premio al encontrar el descuento después de un zapatazo de Perret que, a esa altura, más que un marcador lateral ya era un delantero más.
Por ese lapso, alrededor de los 30 minutos, ni Almafuerte lograba mejorar las marcas desde el medio hacia atrás para no volver a sufrir, ni Huracán podía aquietar el vértigo y el balón para enfriar el trámite para potenciar su diferencia de dos goles. Y así las cosas y a río revuelto, fue nuevamente la visita la que obtuvo la ganancia de pescadores cuando en otra desatención de toda la línea defensiva Tricolor Mensa tomó una pelota perdida en el área chica para que la visita grite su cuarta conquista en el minuto 34’.
Con más vergüenza que fútbol, el local se pondría increíblemente “a tiro” luego de un soberbio tiro libre de Fornero sobre los 37’ y de un cabezazo de Fonseca, picando antes en el piso, solo un minuto después. Así las cosas, Huracán también culminó el histórico primer tiempo con dudas, pudiéndose palpar en la multitud que este clásico ya era una cosa de locos y con resultado incierto. Y Por eso no extraño que para la segunda mitad se apostara por la experiencia de Beltrami y Albarrasín en uno y otro equipo, volantes que le aportaron pausa y equilibrio al juego de ambas escuadras.
No obstante, con el nerviosismo y el cansancio a cuestas, ese segundo tiempo no fue ni la sombra del primero, aunque el ingreso de innumerables juveniles en ambos equipos hizo que se recuperara en parte aquel vértigo de la primera.
Sobre los 12’ y 13’ Fonseca tuvo el empate por dos. En la primera, con un zapatazo al ángulo de Bramardi, que el arquero sacó in extremis con mano cambiada, y en la segunda con un cabezazo que rozó el ángulo superior derecho.
Castro para aprovechar los espacios que dejaba Almafuerte y el juvenil Tossi para oxigenar el quedo físico de sus compañeros fue la apuesta del DT Astudillo en la recta final del partido. Pero la falta de precisión en el último pase fue la cuenta pendiente para poder definir antes el encuentro.
Los juveniles Gomez en la defensa, Viotti en el mediocampo y Poggio en la ofensiva junto al ingreso de Galarza fue la apuesta del DT Vietto para ese mismo lapso decisivo del partido. Un Almafuerte que terminó jugando el clásico con línea de tres y extrañamente con dos juveniles como Rassetto y Gomez junto a Palmero.
Los últimos 10 minutos, desde los 39’ a los 49’, volvieron a asemejarse a aquella primera etapa electrizante y con varias jugadas de pre gol. Más allá de las discusiones, los cabildeos y simulaciones bien resueltas por el árbitro Cornaglia que siempre estuvo cerca de las jugadas. Sobre los 39’ Rodriguez le sacaría un potente remate a Alessandria después de una exquisita jugada del propio jugador, a los 41’ Bramardi le ahogaría el empate al local luego de desviar una pelota que dio en el travesaño por el furibundo disparo de Perret y sobre el final Castro empujaría al gol un preciso centro de Perez para cerrar el placard y regalarle la frutilla del postre a su numerosa parcialidad.
En definitiva y más allá de los errores, las estrategias, la efectividad o los desaciertos tanto Almafuerte como Huracán nos regalaron una tarde de fútbol intenso y excitante, con un primer tiempo loco y pasional que será muy difícil de olvidar en el tiempo.
Con un justo ganador en el Globo que se tomó revancha, en rodeo ajeno, de aquella dolorosa derrota en su escenario y con un muy digno Tricolor que pagó caro por sus ausencias y que, lógicamente, aún está a tiempo para barajar y dar de nuevo.
LOS OTROS RESULTADOS: ALL CARR 0 / 2 GRANADEROS – ADEA 1 / 0 FORTÍN SP – FILO 0 / 0 MITRE – S C SACANTA 0 / 2 UNIÓN
POSICIONES: HURACÁN y ADEA 6 – GRANADEROS 4 – ALMAFUERTE, FORTÍN SP y UNIÓN 3 – FILO 2 – MITRE 1 – ALL CARR, U D LASPIUR y S C SACANTA 0
