El trabajo silencioso pero sostenido, comprometido, solidario, de buen cristiano, del Grupo Esperanza Viva, que lo viene desarrollando desde hace siete años. Asistiendo en lo más delicado de las personas, en sus debilidades más profundas, como el caso de las adicciones, merece tenerse en cuenta y ser reconocido.
La Parroquia desde hace muchos años inició este camino de asistencia en temas tan profundos de la sociedad, camino que no se ha abandonado, pero en gran medida por el voluntariado, desinteresado, que expresa amor al prójimo, de muchas personas, cristianos comprometidos, que lo mantuvieron y lo mantienen en el tiempo, unos u otros, no importa quien o quienes, ahí están, abiertos a aquel que lo necesite, que cuando lo decida pueda encontrar una “salida” o por lo menos intentarlo.
Cabe decir que el Estado municipal y provincial también avanzó mucho en el tratamiento y contención de estas problemáticas sociales, y en la prevención con charlas en las escuelas y un acercamiento a los jóvenes. La pregunta es si todo esto alcanza, probablemente no, pero el esfuerzo hace que se vean pequeños avances.
Se habla más que antes de estos temas con menos prejuicios, entendiendo que se refieren a personas que requieren ayuda para poder curarse, cada uno optará por la que crea más conveniente, pero lo importante es que tengan las opciones a disposición.
La duda es qué sucedió en este tiempo de pandemia, qué consecuencias dejará la misma también en estos temas tan delicados pero que deben ser abordados. Volvemos a preguntar: se habla lo suficiente de las adicciones al alcohol, al juego, a las drogas?.
